El tiempo mala inversión

Muchas veces hemos usado la analogía tiempo-dinero para expresar lo valioso que es el tiempo en nuestras vidas. Cuando nos dicen “el tiempo es dinero”, a mi me hace pensar que cada minuto está costando y entonces debería tener valor lo que hago con él, dejarme algo; es una manera de enfatizar que es muy valioso y que debería usarse sabiamente, productivamente.
Pero analicemos con más detalle esta comparación para entender el verdadero valor de estos recursos. Ambas cosas como dije son recursos, algo con lo que contamos para hacer algo, pero aquí encuentro la primera diferencia importante; el recurso dinero puede ser mucho, poco o nada dependiendo de nuestra particular situación económica, de si heredamos o no dinero, de cómo nos ha ido en la vida con nuestro trabajo, de si hemos ahorrado o invertido y cuanto hemos acumulado. Por otro lado el recurso tiempo es idéntico para todos, el más rico y el más pobre tienen las mismas 24 horas para usar cada día, y aunque algunos digan que necesitan días de 36 horas no hay ningún pronóstico de que la tierra vaya a girar más lento para darnos días más largos.

Ambos son recursos limitados porque los gastamos y se agotan, hay un límite a lo que podemos hacer con nuestro dinero de la misma manera que hay un límite de minutos con los que cuento cada día para realizar actividades.
El problema con el tiempo es que no sabemos cuál es ese límite; no tenemos como en el saldo de una cuenta bancaria la cantidad de minutos restantes en nuestra vida. Hoy en día algunas personas viven más años que antes, la expectativa promedio de vida ha aumentado, pero también hoy en día algunas personas siguen muriendo en cualquier momento, en momentos inesperados; víctimas de una enfermedad inesperada, de un accidente que puede ser tan simple como resbalarse y caer mal o tener un accidente automovilístico.

Sin embargo vivimos la vida como si contáramos con un estado de cuenta que nos da nuestro saldo de minutos y como si fueran muchísimos para hacer todo lo que queremos hacer. No tenemos un sentido de urgencia para lograr cosas, o para disculparnos con alguien, o para hacer las paces, o para perdonar, o para visitar a alguien que extrañamos y queremos, o para darle a la gente lo mejor de nosotros como si fueran nuestros últimos minutos.
Es un misterio porque solo la gente con enfermedades terminales se da cuenta de que el saldo no es ilimitado y a veces cambia su perspectiva de la vida; el resto nos creemos inmortales con un saldo de minutos inagotable, así que, ya habrá tiempo para hacer las cosas.

Cuidamos mucho más el recurso dinero del cual tengamos mucho o poco sabemos cuánto hay, que el recurso tiempo el cual puede agotarse en su totalidad de un momento a otro.

Por otra parte a diferencia del dinero, el tiempo es una pésima inversión, más bien diría no hay manera de invertirlo. El dinero puede ser ahorrado para luego utilizarlo en algo que nos interesa; pero nunca puedo decir: “voy a guardar estos minutos para usarlos más tarde, o voy a agregar estas horas a mi cuenta para tener tiempo suficiente después”.

El tiempo se tiene que usar cada segundo no puedo posponerlo, ahorrarlo, invertirlo o reasignarlo de ninguna manera, o lo usamos o alguien más lo usara por nosotros; o decidimos hacer algo útil con él, transformar nuestra vida y mejor aun la de alguien, o se nos escurre como agua de las manos sin ningún impacto, sin dejar nada.
Ojala entendiéramos lo desastroso que sería morirnos y dejar tantos pendientes sobre todo, el de hacer algo por los demás. Ojala entendiéramos que el tiempo es una mala inversión, tenemos que gastarlo cada minuto, no hay manera de guardarlo y cada que no decidimos como gastarlo alguien o algo viene y se lo lleva, el reloj no se detiene.

Creo que sería como persona mucho más cariñoso, productivo, compasivo, tolerante; si cada mañana recibiera mi estado de cuenta de la vida avisándome “quizás hoy llegues al final del día con vida, quizás tengas unas 16 o 18 horas, no importa que saldo tengas en tus otras cuentas, este saldo de tiempo tienes que usarlo HOY minuto a minuto no es válido para otra fecha” disfrútalo.
Ojala entienda este aviso y gaste mí tiempo dándole algo a los demás, porque esa es la mejor inversión y la mejor manera de disfrutarlo: dejar una sonrisa en los demás.

 

 

Octubre 2010 Guillermo Mendoza

Coach Ejecutivo, conferencista, escritor, empoderando individuos y organizaciones a transformarse obteniendo los resultados que quieren más rápido y mejor.

Guillermo Mendoza gmendoza@conegte.com

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